“Artbook. Las aventuras de Tintín”, escrito por el polifacético hombre de cine Chris Guise, explica y descubre el complicado proceso de adaptación de las viñetas al celuloide, las técnicas empleadas y los trucos que hacen que la versión de Steven Spielberg sea enormemente fiel y recoja el espíritu de lo dibujado y narrado por Hergé. El libro se inicia con un prólogo del propio Steven Spielberg y de Peter Jackson, director y productor respectivamente, en el que se detalla el inicio de un proyecto que ha debido esperar años para su realización. Tras estas palabras se presentan a aquellos que han plasmado sus ideas en imágenes, los diseñadores de arte: Joe Letteri, supervisor jefe de efectos visuales y Richard Taylor, supervisor de diseño y efectos especiales de Weta Wokshop, la empresa de efectos especiales con sede en Nueva Zelanda, que han hecho posible la reproducción casi exacta de las viñetas en las que se inspira el film, procedentes de las aventuras de Tintín: “El secreto del unicornio”, “El tesoro de Rackham el Rojo” y “El cangrejo de las pinzas de oro”.
Tras estas presentaciones, se analiza el diseño de los personajes, presentando bocetos iniciales, desechados y finales de cada uno de ellos, la complicada captura de los movimientos en cuyo proceso los actores, mediante el sistema Mocap Volume, deben realizar las acciones y actuar sin ver nada del escenario ni tener apenas referencias de los objetos que les rodean, con la dificultad añadida de interpretar la secuencia en un plató vacío, con el cuerpo lleno de cables y aparatos electrónicos y rodeados de técnicos que controlan que todo funcione correctamente. Se explica igualmente el complejo proceso de creación de Milú, para el que no se utilizó captura de movimiento, sino que se creó totalmente por ordenador, sin modelos reales, requiriendo la creación de figuras del perrito en diversas posiciones y actitudes. La tercera parte está dedicada a los cuidados escenarios que dibujó Hergé y a su exacta trasposición en la película, presentando el proceso general de diseño, con bocetos que luego no aparecen en la película, pero que sirven de guía a los diseñadores para captar el ambiente que se quiere conseguir. Todo ello narrado con una cantidad impresionante de dibujos a todo color, de muchas de las viñetas dibujas por Hergé, de fotos de los momentos de rodaje y de los miles y miles de bocetos que se hicieron para el rodaje de la película. En pocas palabras, un libro imprescindible para los tintinófilos, los fans de Steven Spielber y los que de una forma u otra amen el cine y el cómic.