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Título: Nacida inocente
Autor: Lesley Kiss
Año de edición: 2009
Número de páginas: 205
Colección: As de diamantes
Editorial: Grupo Robinbook
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Para una inmensa mayoría el nombre de Lesly Kiss no les dirá nada, quizás puedan creer que es una actriz norteamericana de segunda fila, pero para los conocedores del género X, dicho de forma plana y directa, del cine pornográfico, el nombre de Lesley Kiss les remitirá, rápidamente, a una de las jóvenes españolas que ha triunfado como actriz porno. Ahora, con esa necesidad que nace de haber vivido poco pero a mucha velocidad, Lesly Kiss, nombre artístico de Kira, ha escrito y publicado -gracias al sello Robinbook- en su colección “As de diamantes”, un crudo testimonio de su infancia traumática, de su adolescencia cargada de momentos dramáticos y humillantes, que bajo el definitorio título de “Nacida inocente” relata su vida y sus sinsabores hasta su llegada al mundo del porno, donde encontró más calor y más cariño de los ámbitos donde había crecido. Es una autobiografía sencilla y descarnada, donde la autora y protagonista va directa al grano, sin alardes literarios, explicando emocionalmente sus vivencias, los horrores vividos en su infancia y en su adolescencia y como, con varios intentos de suicido en medio, llegó al mundo de la pornografía. Es una apasionada declaración de principios de una muchacha que, como dice en el último párrafo del libro: “¡tan sólo soy una chica normal, que quiere ser feliz y necesita que la quieran y le den ternura!”. Un libro que rompe con el tabú sobre los profesionales del cine pornográfico, que señala que aunque las cosas en la vida no se inicien bien para uno siempre se puede salir a flote y cuya lectura permite descubrir a una muchacha de un carácter fuerte y atrevido, que tras superar situaciones de gran dureza ha logrado encontrar su sitio en la sociedad, estabilizar su vida y hacer aquello que le gusta. Maltratada por su madre y por algunos de los hombres que ha pasado por su vida, Lesly Kiss ha encontrado el equilibrio y, como escribe, reclama el respeto que la sociedad de la doble moral no le da: “También quiero decirles a muchas otras personas que, por el hecho de tener este trabajo, no tienen derecho a juzgarme y mucho menos a insultarme por la calle, ni tampoco a atentar contra mis pertenencias.... Es muy injusto colgarme etiquetas que en realidad ni siquiera me corresponden. No soporto que pretendan anularme como mujer, como ser humano”. Demoledoras palabras que ponen bien a las claras la hipocresía de una sociedad que fue indiferente ante la traumática infancia y juventud de Kira, pero que ahora, ante su profesión de actriz porno, se cree con derecho a juzgar.
Por: Miguel-Fernando Ruiz de Villalobos |