Es este un libro de doble lectura y, por consiguiente, de doble placer, porque complacerá a los cinéfilos y hará felices a los viajeros. “Ciudades de cine” es uno de esos trabajos nacidos de la inteligencia y la sensibilidad, de lo que hacen gala sus dos autoras Cladia Hellmann y Claudine Weber-Hof, quienes con la ayuda, siempre agradecida de Gerhard Grubble, proponen al lector/espectador o al espectador/viajero un doble viaje por las ciudades más emblemáticas del mundo o por las películas más representativas de la Historia del Cine. Un juego a dos bandas para satisfacer curiosidades cinéfilas o viajeras, en el doble sentido de que las ciudades son en sí misma pero, también en función de las películas que han sido rodadas en ellas. Con una edición magnífica de Editorial Océano de tapa dura, formato casi cuadrado y una cantidad tremenda de bellísimas fotografías, donde ficción y realidad de superponen como si se trata de un evocador sueño, “Ciudades de cine” es un paseo por dieciocho ciudades del mundo a través de cincuenta y ocho películas de diversos géneros, de muy diversos realizadores y de diferentes años a través de la historia del cine.. Así el lector, puede viajar desde el Beijing de “El último emperador”, a la Viena de “El tercer hombre”, pasando por el Chicago de los gánsters de “Los intocables de Eliot Ness”, por la Roma de “La Dolce Vita”, por la Venecia de “Locuras de verano”, o por Los Angeles de “L.A. Confidential”.
Un viaje maravilloso e instructivo el que proponen Claudia Hellmann y Claudine Weber-Hof, que al principio de cada capítulo dedicado a una ciudad ofrece una interesante serie de datos para colocar al lector en el espacio urbano y poderlo relacionar con las películas comentadas y los lugares donde fueron rodadas. Un excelente y atractivo trabajo que descubre al cinéfilo una serie de aspectos desconocidos en la producción y realización de muchas películas, a la vez que se convierte en una curiosa guía turística para visitar aquellos lugares “de película”, que siempre se han deseado visitar. Un libro tan bello e interesante como las ciudades y las películas que recorre en un viaje tan mágico como el cine, y que tiene en el magnífico prólogo de un director “de ciudades” como Wim Wenders el mejor aperitivo para el suculento banquete que proponen las dos autoras.