El reciente fallecimiento de la actriz Elizabeth Taylor pone de actualidad este apasionante trabajo de William J. Mann, uno de los biógrafos norteamericanos más importantes de la actualidad, que ha investigado en profundidad la vida y la obra de la actriz de ojos violeta. Para poder escribir esta biografía, que se puede considerar la más completa publicada hasta el momento, Mann ha podido conversar con fuentes que hasta ahora no se habían mostrado abiertas a hablar sobre la actriz, ha podido consultar documentos privados de algunos de sus maridos, como es el caso de Mike Todd, y de muchos profesionales que tuvieron amistad con ella como el director George Stevens, quien quizás fue el que le dio el empujón definitivo cuando la eligió para protagonizar en 1951 “Un lugar en el sol”, rompiendo con el esquema de inocente adolescente que tenía hasta entonces; el guionista Ernest Lehman, la actriz y periodista Hedda Hopper y los directores Vincente Minnelli y George Cukor, con quien Elizabeth Taylor había trabajado.
Se trata de un documentado trabajo, donde Mann va siguiendo el devenir profesional y personal de la actriz, desde sus inicios como niña prodigio en películas de corte familiar como “Mujercitas”, “El padre de la novia” y “El padre es abuelo”, su entrada en Hollywood y las servidumbres que, de una forma u otra, la industria cinematográfica somete a quienes inician el camino del estrellato. La biografía está dividida en nueve capítulos más un prólogo y un epílogo titulado “Cómo permanecer en la cumbre”, donde se afirma que desde 1968 Liz (que parece que no le gustaba que la llamaran así) Taylor no necesitaba rodar películas porque su status había traspasado las barreras de Hollywood para convertirse en una referencia de la sociedad norteamericana de la época. Un trabajo excelente y exhaustivo de William J. Mann que acerca de forma definitiva a la personalidad de Elizabeth Taylor y a la importancia que ha tenido en el cine mundial.