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Título: Momentos clave. 100 años de cine
Título original: Movies. The Little Black Book
Autor: Chris Fujiwara (editor) y otros
Traducción: Laura Molina García
Año de edición: 2009
Número de páginas: 800
Colección: Momentos clavo
Editorial: Blume
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El cine está lleno de momentos clave, de momentos mágicos que perduran en la memoria del aficionado a lo largo de toda su vida. Es esa la gran magia del cine, donde imagen, palabra, música y sonidos se combinan de forma inigualable para quedar, por siempre, en la memoria. De ahí el valor y la importancia de este sensacional libro, que coordinado por Chris Fujiwara, y en el que han intervenido ilustres historiadores y estudiosos cinematográficos, recoge los momentos clave de 100 años de cine, referidos tanto a actores y actrices como a directores, productores, películas, escenas y diálogos. Bellamente editado (como es habitual en los libros de Blume), profusamente ilustrado con fotografías y carteles de películas, intérpretes y directores, “Momentos clave. 100 años de cine” es un monumento erigido en honor del arte cinematográfico, donde el simple aficionado y el cinéfilo más erudito encontrarán campo abonado para ampliar sus conocimientos sobre el cine y descubrirán el placer de recordar los momentos, personajes y películas que han marcado el devenir de cien años de cine. Es una forma diferente, amena y simpática de repasar la historia del cine a lo largo de un siglo, acercándose con otro talante al conocimiento de un arte tan complejo y rico como es el cine. En el análisis que hace cada autor de una película, de un director, productor, intérprete o momento histórico, es importante el pequeño pero explícito apartado dedicado a explicar porque tal momento es clave en esos cien años de cine. Una forma sencilla y eficaz de hacer ver al lector/espectador algún aspecto que, quizás, él no ha visto. Un trabajo espléndido, elegantemente editado y que se convierte en un auxiliar de primer orden a la hora de hacer ese repaso al cine de todos los tiempos que, cualquier buen aficionado, hace gracias a los reproductores domésticos.
Por: Miguel-Fernando Ruiz de Villalobos
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