Existe la equivocada impresión de que cuando un país está en guerra, sea interior, exterior, particular o general, todas las actividades habituales de una sociedad en paz se paran, se alteran o desaparecen. Y para bien, o para mal, durante las guerras, de un signo o de otro, la vida sigue, la creación pervive y los trabajadores siguen en sus puestos de trabajo. Esto es lo que ocurrió durante la Guerra Civil Española en el mundo del cine y esto es lo que en su extraordinario y brillante trabajo de investigación desarrolla el profesor Juan Antonio Ríos Carratalá en un libro imprescindible como es “El tiempo de la desmesura”, cuyo subtítulo “Historias insólitas del cine y la guerra civil española” desentraña ya por donde van los tiros de su trabajo. Libro que se puede leer como una novela, como un tratado de historia o como un documentado estudio sobre cómo vivió el cine la guerra civil y los primeros años de la postguerra, centra su atención sobre el rodaje de tres películas, cuya recuperación ha permitido descubrir que ni las bombas, ni el hambre, ni el miedo, hizo que un puñado de profesionales del cine siguiera haciendo lo único que sabían hacer: seguir rodando.
Las tres películas que ha estudiado y documentado en profundidad el profesor Ríos Carratalá son tres títulos muy representativos del momento histórico que se vivía en la España del 36. La primera es “Carne de fieras”, dirigida en 1936 por Armand Guerra y que tenía como gran protagonista a la actriz Marlene Grey, más conocida como la Venus Rubia, una francesa que había llegado a Madrid con un espectáculo de circo y que bailaba desnuda cerca de las fauces de los leones. La segunda película estudiada por el profesor Ríos Carratalá es “El genio alegre”, una película dirigida en Madrid en 1939 por Fernando Delgado y protagonizada por Rosita Díaz Gimeno, una actriz que había triunfado en Hollyood y que a su vuelta a España y en pleno rodaje de la película de Delgado fue detenida por la fuerzas franquistas. Finalmente, la tercera película que forma parte de estas “historias insólitas del cine en la guerra civil española” es “Rojo y negro”, dirigida por Carlos Arévalo en 1942 y con Conchita Montenegro e Ismael Merlo como protagonista, de tendencia claramente falangista y cuyo negativo no fue descubierto hasta 1993. A través de las historias de los rodajes de estas tres películas, con anécdotas, datos históricos y numerosas y poco conocidas informaciones, el profesor Ríoz Carratalá hace un mapa importantísimo del panorama del cine español de aquellos convulsos años, pero también escribe una parte de la historia que no había sido desarrollada por otros historiadores e investigadores. Un libro, repito, imprescindible, que ayuda a entender mejor tanto la historia de nuestro país como de nuestra cinematografía.