Sorprendente y apasionante novela la escrita por el croata Zoran Drvenkar (1967), afincado en Alemania desde los tres años, y en la que a ritmo del mejor thriller narra como las disculpas pueden matar. Ganadora del premio Friedrich Glauser de pasado año 2010, éxito en Alemania donde ha superado los cien mil lectores, la novela, que será llevada al cine (cómo no podía ser de otra manera), narra la historia de Frauke, Tamara, Wolf y Kris que han sido amigos desde que iban a la escuela. Hasta el momento, las cosas no han marchado bien para ellos: Wolf ha perdido a Erin, su novia drogadicta, Kris no tiene trabajo, Tamara ha debido renunciar a su bebé no deseado y la madre de Frauke acaba de ser admitida en un asilo para pacientes mentales. Viviendo en Berlín sin trabajos ni carrera, deciden, en un golpe de imaginación, crear una agencia que se dedica a «pedir perdón» previo encargo de personas y de empresas. La idea parece tan simple como efectiva, pero ninguno de ellos puede prever las consecuencias de esta decisión. El negocio florece hasta que un cliente anónimo les obliga a pedir perdón a una mujer muerta y a deshacerse de su cuerpo. Esto es el principio de una pesadilla interminable y donde todos ellos serán piezas de un juguete manejado por un asesino marcado por un terrible experiencia infantil. Sobre esta original trama, Zoran Drvenkar construye una novela magistral de intriga y pesadillas sin fin, donde la tensión aumenta capítulo a capítulo, el misterio se agranda por momentos y las sorpresas afloran sin descanso. Todo un “tour de force” para el lector que se encontrará con una novela excelentemente escrita (hay que agradecer la atinada traducción de José Anibal Campos), donde el perfil de los cinco personajes centrales (los cuatro amigos y el asesino) está perfectamente desarrollado, pero que junto al juego tradicional de la novela negra (asesinatos, investigaciones, terror, violencia, intriga) se profundiza en la condición humana y el autor Zoran Drvenkar propone una reflexión sobre la idea de la culpa y el perdón (o la disculpa), sobre la responsabilidad de cada uno y sobre la imposibilidad de pedir perdón por los demás, de que cada uno de nosotros debemos ser los últimos remitentes de las cartas que escribimos a quien hemos dañado o nos ha dañado. Una novela que revoluciona (en el mejor sentido de la palabra) el género de la novela negra, hoy por hoy la literatura de mayor impacto social e histórico.