Editorial #587 – Y que te pensabas alma de Dios

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Posted 24 sep 2010 in Cultura

Me hizo sonreír el titular en la televisión y luego las palabras de Álex de la Iglesia el día en el que en elFestival de San Sebastián recibía el Premio Nacional de Cinematografía 2010. Unas palabras no llenas de enfado pero sobretodo tristeza. La respuesta a su impresión al no ver su Balada triste de trompeta entre la terna de películas que compiten por representar a España en los próximos Premios Oscar. Es peligroso hacerse ilusiones y más cuando de repente el nombre de Álex de la Iglesia suena y resuena dentro y fuera de nuestras fronteras.

Comenzando por este premio del gobierno, por otro lado su condición de Presidente de la Academia, para después añadir sus dos premios en el Festival de Venecia, de tanto peso como el de Mejor DirectorMejor Guión. Su paso por el Festival de Toronto, le han permitido, con mucho sentido, pensar que su película gusta. Si además internacionalmente ya se está dando a conocer, era de esperar que fuera a los Oscar y aprovechar la inercia para conseguir situarse entre las cinco finalistas y ver a de la Iglesia metido entre ScorseseNicholson.

Pero la Academia se mueve por extrañas variables, desconocidas, que es capaz de dejar de lado a su cineasta más internacional y aplaudido en el mundo, y ensalzar a un director que realiza películas experimentales. Que uno sea el presidente de la Academia, tomando el mando de una entidad de la que todos desean sacarle hasta la última gota pero no para gestionarla, dirigirla e intentar llevarla hacia adelante como lo está intentando hacer Álex de la Iglesia, una tarea muy difícil, más si además se quiere compaginar con su carrera profesional.

Entiendo el mosqueo del director bilbaíno, pero ahora que esté listo para presentarnos su cinta, que vayamos todos a verla y consiga el premio más importante, el del público que consiga convertirla en rentable por si misma.


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