Me parece confuso, estúpido y ridículo que de repente una adicción (que también es un término dudoso) se convierta en una enfermedad. Me refiero a que por lo vista ahora ser fumador, adicto a un producto legal, se considerará una enfermedad. De esta manera se iguala la ludopatía al mismo nivel que el tabaquismo. El problema para los no fumadores está en que con nuestros impuestos (también los de los fumadores a través de su vida no fumadora y los que pagan con la compra de cada paquete) debemos pagar carísimos tratamientos para sanar personas que han estado realizando una actividad de la que (cuanto menos en los últimos 20 años) son conscientes de que les perjudica de manera considerable su salud, llevándolos a muchos a sufrir un cáncer de pulmón por el uso y abuso del tabaco en su vida.
No me parece bien que un producto legal que crea un daño físico irreversible en su mayoría, además de muchos daños colaterales, sea considerado una enfermedad y no se prohiba. El amianto por ejemplo, se considera un producto que crea enfermedad y se prohibe su uso. El tabaco realmente debe dar tanto dinero, como el juego legal, que a pesar del daño físico de unos y económico de todos, que no vale la pena cancelarlo por ningún lago. Cuando se den cuenta de la cantidad de dinero que daría la venta legal de las drogas hoy ilegales, ya veremos que pasa. Pero al final lo que me hace pensar es que en realidad el control de las drogas no la llevan mafias anónimas, no. Hay algo o alguien más grande detrás.
Cuando pienso a veces me entristezco en exceso.