Entre vuelos cancelados y partidos de la Champions ayer me encontré con una noticia, que más allá de la polémica que pueda traer, me hizo pensar que estamos consiguiendo dar un paso generacional. Cuanto menos algunos jóvenes consiguen superar esa diferencia entre religiones que tenían sus abuelos y quizá no tanto sus padres y por fortuna ahora ya no es más que una elección más como si de llevar pantalones pitillo o de campana se tratara.
A una estudiante de Pozuelo se le ha prohibido ir al colegio por llevar un pañuelo que le tapaba el pelo, por ideología religiosa. Ante tal actitud del colegio varias de sus compañeras decidieron asistir al centro también con un pañuelo, un velo, que les cubría el pelo en señal de protesta. Siendo su uso simplemente por deseo personal y no religioso, no se les puede decir nada.
Me parece muy interesante ver como para algunas de las nuevas generaciones se acepta y respete la religión de otras personas, y no sólo eso, sino que también se defiende su libertad, como dice la Constitución curiosamente. Libertad de credo en los habitantes de un país, supuestamente, laico.
Noticia en El País