Estos días con el llamado caos aéreo, se ha mostrado que empresas cuidan a sus clientes, y las que simplemente miran por su beneficio. Hay mucho tipo de empresas en todos los sectores y por supuesto, también en el aéreo. Y lo hemos podido comprobar simplemente con lo que nos han comentado las noticias.
Si todo va bien las llamadas aerolíneas de low cost son fantásticas por su rapidez y precio. Te trasladan rápidamente del embarque al avión y enseguida te sacan del mismo cuando aterrizas. Cuanto menos tiempo esté con las ruedas en la pista más tiempo consiguen sacarle beneficio al avión. En cambio cuando aparecen problemas imprevistos, como es el caso de las cenizas del volcán islandés, se ve su capacidad de reacción.
Dado que la seguridad de volar es mínima, y sobretodo lo más importante es lo dicho, conseguir que todo el mundo llegue vivo al destino, no se arriesgarán en volar, pero tampoco en poner una solución. Enseguida las organizaciones de usuarios recordaron que en estas causas las aerolíneas deben o bien devolver el importe del billete o bien cambiarlo por otro sin coste alguno. El motivo de esas comunicaciones es que ya algunas, hacían lo posible para no ofrecerlo fácilmente.
Lo que también recuerdan es que no hay una obligación en buscar y pagar el espacio donde esperar hasta tener la posibilidad de volar. Ahí se vieron las grandes empresas, que saben que su fuerza no está en el precio, sino en el servicio. Ofreciendo hoteles a sus pasajeros hasta poder volar, o el caso de brussels airlines que ofreció, antes de la salida del avión sabiendo que no podría volar, autocares a todos aquellos pasajeros que desearan llegar a casa, a pesar de varias horas después, pero sabiendo que llegarían a casa antes del lunes (cuando la mayoría vuelve al trabajo).
Saber actuar y ofrecer una solución a tu cliente cuando este está en estado de shock, y además a cambio de nada, añadiéndolo en el servicio y el valor añadido de tu empresa, es lo que estos días nos ha permitido ver una empresa grande o una simple empresa.