Ha llegado el momento y durante los próximos dos días, más dos de descanso, la noticia va a ser la liberación de los mineros chilenos (y uno boliviano) que llevan más de dos meses encerrados en la mina, bajo tierra, con un extraño control desde el exterior, casi como un gran hermano improvisado, pero que desde entonces ha mantenido a la prensa de todo el mundo con un corresponsal en la zona, a la espera de lo que ahora llega. Queda esperar que los 33 mineros salgan con vida, que se les concedan esas 48 horas de libertad real con sus familias para recuperar la conciencia de la vida y de los espacios.
Luego quedará ver cuanto dura este efecto. La atención de la prensa pasará cuando en cuatro días con la conferencia de prensa, todo esté dicho y la noticia termine. Casi seguro ya se debe estar preparando algún telefilm, si no rodando en secreto, para estrenar en breve y aprovechar todavía el eco. La cuestión también está en saber si se pensará en seguir mejorando las condiciones laborales de los mineros de todo el mundo. Es una de las profesiones más duras que existe, si no la que más, que a lo largo de cientos de años ha sufrido gran cantidad de accidentes y que todavía sigue con ellos sin encontrar una solución satisfactoria. En pleno siglo XXI seguimos igual, adentrándonos en las tripas de la tierra a buscar materiales, que si no están a nuestro alcance será por algo, jugándose el tipo estos minros que no están recompensados como merecen.