El salvamento de los mineros en Chile seguro ofrecerá un guión bueno para contar la historias y una veintena de sucedáneos con aroma a telefilm. Mínimo cinco cintas (en cualquier formato) aparecerán a lo largo del próximo año utilizando este suceso, desde lugares dispersos en el planeta, buscando la publicidad gratuita y la gran audiencia que una recreación del evento pueda tener.
No volveré a hablar de los mineros, ya lo hice en el blog. En cambio si me repetiré en que cada día hay menos ideas o se toman menos riesgos en el mundo de la publicidad. Aunque quizá lo que sucede es que hay poca inversión de las empresas hacia las empresas que se dedican a crear anuncios. Hace unos años eran los anuncios los que creaban frases que repetían grandes y pequeños por la calle, en conversaciones. Canciones que se tarareaban en la ducha o en la oficina. Era un riesgo encontrarla y conseguir que se enganchara, de ahí salieron grandes nombres de la publicidad. Antes con un único canal de televisión era más fácil conseguirlo, en cambio hoy que alguien recomiendo y recuerde un anuncio es un premio para el publicista, por ello debe conseguir ofrecer lo que ya sabe le gusta al espectador sin arriesgar.
Ya hace meses no paro de ver anuncios que plagian virales de internet. De una manera u otra, hasta apareciendo en las noticias de televisión, aparecen vídeos que han hecho personas anónimas en el mundo del audiovisual pero que por ser diferente de lo vista hasta ahora, porque gusta y enganchan, simplemente, con el espectador, han conseguido que pasen de mail a mail, de una pantalla a otra de ordenador consiguiendo miles de visitas por todo el mundo. Que mejor manera de vincular esas imágenes a una marca, indiferentemente de lo que venda y de lo que quizá el vídeo pueda significar.
No hace falta tener ideas, no hay dinero para comprar el tiempo que las piensa. Es más rápido buscar entre los vídeos más vistos por la red y a partir de ahí conseguir esa copia que no pueda ser denunciada y que haga que el espectador mire por unos segundos la televisión mientras piensa que eso ya lo ha visto en otro lugar y descubrir que ahora si, se trata de un anuncio publicitario. Porque cuantos virales se piensa que son una campaña de publicidad pero realmente no lo son.