Nadie puede negar que la infancia y la adolescencia son los momentos clave para enamorarse del cine, para descubrir la fascinación de las imágenes en movimiento. Juan Tébar (Madrid, 1941), escritor, guionista de cine y televisión, crítico de cine y literatura en radio, prensa y televisión y profesor de guión, proyecta en este importante libro sus recuerdos de cinéfilo adolescente, cuando el cine era en España una fórmula para sobrevivir. El subtítulo del libro, “Un cinéfilo adolescente en el franquismo”, ya explicita perfectamente las intenciones y el contenido de este personal trabajo de Juan Tébar, denso en vivencias, apasionante para el recuerdo y la memoria. Los cines, con sus personajes mágicos, desde Rita Hayworth a Cantinflas, pasando por Carmen Sevilla, Piper Laurie o Marina Vlady, fueron los lugares de salvación de muchos españoles que vivían la posguerra a contracorriente. Juan Tébar narra sus vivencias como cinéfilo adolescente, pero también recoge lo que se vivía en aquellos momentos de la historia de España. Fiel a su experiencia personal, en esta especie de libro de memorias, de diario cinéfilo, Juan Tébar sitúa la acción en dos puntos del país, en La Coruña, donde iba a veranear, y en Madrid, donde vivió su etapa de cinéfilo adolescente. “La huella en los ojos” no es tan solo un libro personal e intransferible, es también la crónica, lúcida y profunda, de una época, de un momento histórico. Estamos ante un libro imprescindible para muchas generaciones de españoles que vivieron aquellos años, pero también, y eso es lo más importante, para las generaciones más jóvenes, porque así podrán entender más aspectos del pasado histórico y del cine español. El brillante prólogo de un maestro del cine patrio como José Luis Borau es un importante valor añadido a un emocionante libro de memorias en el que el cine es el gran protagonista.