#703 - Maldita televisión
 

 

El cine español tiene muchos defectos, muchas faltas, muchos cánceres, pero en la actualidad el cáncer más peligroso es el de las televisiones. Cómo bien se sabe no hay peor enemigo que el amigo que te quiere hacer un favor sin perder nada él, porque cuando se hace un favor siempre se pierda algo, o el amigo o el favor que has hecho. El cine español, con todos los problemas crónicos de una salud, siempre a un paseo de la UCI, que padece desde que el cine es cine, tanto por razones políticas como profesionales, porque definitivamente hay que decir que el cine es de todas las artes, de todas las manifestaciones creativas, la que más ha padecido, padece y padecerá los intereses políticos, siempre subordinada a hacer el cine que los políticos de turno, desde los tiempos de las repúblicas, pasando por el franquismo y llegando a esta ilusoria democracia parlamentaria que se vive, han querido que se hiciera. Censuras, subvenciones, ayudas, créditos, comisiones de guiones y proyectos, incluso festivales, han marcado, de una forma u otra, y si no repásese en profundidad la historia del cine español desde Segundo de Chomón, el contenido, el devenir del cine español. Hay que dejarse de pamplinas y reconocer que el Nuevo Cine Español nace por una decisión política de apertura, independientemente de la calidad, el valor y el esfuerzo de sus protagonistas, desde productores a directores, pasando por intérpretes y técnicos. Y con el actual sistema político, al que muchos siguen llamando democracia, los ejemplos sobran, compárense las películas realizadas durante los gobiernos de izquierdas y durante los gobiernos de derechas.

Y desde hace varios años, evidentemente por decisiones políticas, un nuevo invitado a esta cena de los horrores que es el cine español ha hecho su presencia de forma demoledora. Llegaron las televisiones, primero las oficiales y después las privadas para enredar más la madeja y dejar al cine español sin aire, con necesidad de respiración asistida y gota a gota.

Este largo panegírico viene a cuento porque hay un ejemplo reciente que hace rechinar los dientes: “El Niño”, no un huracán cualquiera, si no el huracán de huracanes, porque “El Niño” la última película de Daniel Monzón, que como bien se sabe está arrasando en la taquilla española, tiene detrás de ella, en la sombra del deslumbramiento a Tele 5.

No hace falta estar demasiado informado para saber que Tele 5 pertenece a Mediaset y Mediaset, como también es fácil saber, es una empresa italiana dedicada a la comunicación televisiva. Lo que ya no se sabe tan bien es el capital español que hay en Mediaset España y de que color es su dinero. Como es lógico tiene su división dedicada al cine bajo el nombre de Telecinco Cinema. El caso de “El niño” es el de una película que podría haber sido una joya y se convierte en bisutería barata gracias a Tele 5, con esa infumable historia romántica entre el Niño y Amina, que rompe en mil pedazos el magnífico ritmo narrativo que Daniel Monzón -con la ayuda inestimable de su coguionista del alma Jorge Guerricaechevarría (en Hollywood ya le hubieran puesto otro apellido)-, ha conseguido en buena parte de la película, con algunos momentos extraordinarios, como el inicio de la película y las escenas del helicóptero con los tres policías hablando de sus cosas (memorables Luis Tosar y Eduard Fernández). Pero ay! llegaron los de Telecinco Cinema y dejaron la huella culpable de que una película se titule “El Niño” o se titule como se titule no puede caer en manos de los intereses de una televisión. El cine es cine, se haga con el dinero que se haga, todo lo demás sobra. Por ello, “El Niño”, hoy por hoy es la gran víctima de ese nuevo cáncer del cine español que son las malditas televisiones.

Coda: “No se percatan que la televisión, es tal vez aún peor que la escuela obligatoria. (Pier Paolo Pasolini, 1922-1975. Escritor y director de cine italiano)

Por Miguel-Fernando Ruiz de Villalobos

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