#692 - Apellidos ilustres
 

 

¿Fenómeno sorprendente? ¿Casualidad imprevista? ¿Azar circunstancial? son algunas de las preguntas que el simple aficionado, ya no digo el estudioso cinematográfico o el erudito sociológico, se puede hacer sobre los resultados de taquilla que está obteniendo, desde su estreno el pasado 14 de Marzo la película “Ocho apellidos vascos”, la última película de Emilio Martínez-Lázaro, basada en un acertado guión de Borja Cobeaga (director de “Pagafantas”, 2009) y Diego San José, y apoyada en cuatro columnas fundamentales como son los cuatro protagonistas, los veteranos Carmen Machi (mejor que nunca), Karra Elejalde (un auténtico roba escenas), y los jóvenes Clara Lago (en un gran momento de su carrera) y Dani Rovira (el mejor debut de un intérprete salido de la televisión).

Las cifras, en el cine, como en otras muchas cosas de la vida, cantan. Los últimos datos referidos a la recaudación de la película el fin de semana del sábado 22 y domingo 23 de este mes, según informa José López Pérez en su web “nosolocine.net”, dan más de cuatro millones de euros recaudados, con lo que se especula que pueda llegar a los diez millones de euros de recaudación, una cifra impensable en el más reciente cine español.

Estas cifras llevan, inexorablemente, a reflexionar sobre este sorprendente e imprevisible fenómeno. ¿Será que el espectador español al fin ha descubierto que hay que apoyar al cine español?, o simplemente que por una vez, y que no sirva de precedente, se ha producido ese hermoso milagro que da el cine, es decir el feeling entre película y espectadores de todo tipo.

Razonando fríamente, se puede apostar más por la segunda premisa, porque todo parece indicar que esta historia de Norte y Sur, de andaluces y vascos con sus usos y costumbres, con sus peculiaridades y personales identidades, envuelta en una trama romántica, para seguir, aunque sea de lejos, la línea maestra de las grandes comedias de Hollywood, interesa a los espectadores de esta piel de toro que es la península ibérica y de este país que es España.

Tampoco hay que creer que “Ocho apellidos vascos”, que sigue en el tiempo la estela de “Bienvenidos al Norte”, que Danny Boon dirigió en 2008 (siempre el cine francés por delante en sus propuestas) y que tuvo su oportuno remake en italiano con “Bienvenidos al Sur” en 2010, de la mano de Luca Minero, es una obra maestra de la comedia. Es, simplemente (bendita palabra) una buena película. Una comedia eficaz y eficiente sobre los dos extremos verticales de esta España irredenta, los alegres y dicharacheros andaluces y los serios y taciturnos vascos, dos extremos que se tocan, como se tocan en la película Rafa y Koldo, para terminar en un abrazo fraternal, donde lo que importa es la dosis de humanidad, la dimensión conciliadora y la perspectiva de futuro que tiene la unión entre Amaia y Rafa. Esto es quizás, de esa forma inconsciente en la que se producen tantas cosas de nuestras vidas, lo que está llevando a los espectadores a ver la película. Un poco de irónica mirada sobre los tópicos del Norte y del Sur y un mucho de humanismo, porque a la hora de la verdad, más allá de intereses torcidos, lo que cuenta en la vida es nuestra dimensión humana, y eso “Ocho apellidos vascos” lo tiene de sobras.

Coda: “La naturaleza humana es buena y la maldad es esencialmente antinatural”. (Confucio)

Por Miguel-Fernando Ruiz de Villalobos

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