Desde su estreno ocupa el podio en los recuentos semanales. Incluso diarios. Pero sobretodo, ha soportado el poder de la fuerza y ha vuelto a posicionarse en el primer puesto tras el estreno de la saga galáctica. Lo que está consiguiendo Perfectos desconocidos parece algo increíble, si no fuera porque su versión original italiana consiguió un efecto similar en el país alpino. Porque no olvidemos que adaptada a la comunidad española, la cinta de Álex De la Iglesia es una adaptación de la película ganadora del David de Donatello, que no se ha estrenado todavía (y ahora veo difícil que alguien apueste por ella en la gran pantalla).

El éxito de la película te un factor de calidad cinematográfica, su historia, sus interpretaciones y su dirección. Eso es básico, porque si no, no funcionaría el otro elemento de éxito, la publicidad. Se trata de una producción de la televisión Telecinco. Realizan una o dos películas al año y no se la juegan, además de invertir en hacer un buen producto, también saben que la publicidad es básica para vender entradas. Así que si bombardeó en todas su plataformas televisivas es imparable. Desde su estreno hasta que se cansen, cualquier momento es bueno para recordar el estreno. Con anuncios de 10 segundos, de 30 Segundos i de 3 minutos. Los que haga falta. Que no haya pausa publicitaria que no recuerde que la película ya está en las salas. Luego sólo hace falta que cuando la gente esté en la cola para comprar la entrada recuerde el título.

De los millones de espectadores de Mediaset, muy pocos van al cine cada semana, muy pocos deciden que ver antes. Muchos van por alguna inercia externa. Fin de semana sin fútbol, en otoño con poca luz o justo con fiestas navideñas, con amigos y familia hacer un cine. Y el título de Perfectos desconocidos es el primero que proponen. La televisión ofrece millones de espectadores potenciales. De los 47 que puede hacer en España es casi seguro que a lo largo de un mes, por una serie, una película, una competición deportiva o por simple cambio de canal, 20 millones hayan pasado por este grupo en algún momento y muy difícil sería que no hubieran visto el anuncio de la película. Y al menos por los rostros de sus protagonistas, debe llamar la atención.

Esto demuestra nuevamente la importancia de la publicidad para el éxito del cine español. Pero estos lujos publicitarios no se los puede permitir casi nadie. Por no decir que sólo los propietarios de las propias cadenas. En cualquier caso, alegría por ver que el trabajo de De la Iglesia agrada a tanta gente, y ojalá se paseen por las plataformas para descubrir aquellas que todavía no conozcan y decidan si son más de Acción Mutante y El día de la bestia o de La Comunidad o Balada triste de trompeta. Pero si debo elegir, me quedo con el papeleo por la historia de España que reflejo en Muertos de risa. El paseo de España desde los 70 del siglo XX al despertar del XXI.

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