El cine es fantasía, ilusión, emoción, y una gran mentira. Aquello de 24 mentiras por segundo. O en los documentales, que recuerdan que la realidad se ve alterada cuando alguien llega con una cámara a inmortalizar momentos de vida supuestamente especiales. De repente la realidad se convierte en una interpretación. Dependerá de la capacidad de ser natural y dejarse asustar más o menos por la cámara y el equipo de rodaje, que el documental pueda ser creíble o no. Luego están los falsos documentales, pero ese es otro tema.

La temporada de premios en España ya hace días que están en marcha. El pasado fin de semana se entregaron los Premios Forqué, los que entregan los productores españoles. Unos premios que han ido ganando peso en los últimos años, a medida que han ido ampliando sus categorías, y dando fuerza a su ceremonia de entrega. Son pocos los premios que otorgan, pero es una primera piedra de toque para conocer las cintas favoritas de la temporada. Cuanto menos para los que ponen el dinero. El interés, en cambio, de los espectadores, es diferente.

Recordemos, son los premios que crearon los productores, y votan los productores. Aquellos que más que nadie necesitan que los espectadores se sientan cercanos a nuestro cine y que sobretodo asistan a las salas. Si no hay espectadores hoy, no habrá nuevas películas mañana. Y si los Premios Forqué no se cuidan, seguramente el interés por saber quien gana irá desapareciendo. Porque por mucho que dicen que se quiere cuidar nuestro cine, parece imposible creer cuando vemos el trato que se le da a la retransmisión de estos premios.

Está muy bien conseguir que Carlos Latre los presente muy bine. Pero no tiene ningún sentido que se ofrezcan en diferido (cuando ya conocemos a los ganadores) y sobretodo, de madrugada. Son muy pocos premios y se alarga la ceremonia de mala manera con actuaciones musicales, que no cinematográficas, para que la ceremonia sea más larga. Pues no estaría mal sorprender y ser diferentes. Hacer la ceremonia más corta, más pronto y en directo. Pero además, no querer engañar al espectador diciendo que la entrega es en directo, cuando con una consulta en cualquier otro medio (que quiera informar), tendrá el nombre de la cinta ganadora de la noche.

El cine es una gran mentira, pero no hay que engañar al espectador cuando acaba la película.

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