#831 - Cuidar de uno mismo

 

 

El pasado fin de semana llegó a su fin una nueva edición del Festival de Cannes. El más americanizado de la temporada por la facilidad, junto con el de Venecia, de hacer llegar estrellas que remojadas en el Mediterráneo, parece que les es agradable encontrar en estos dos parajes un lugar donde mostrarse con alegría y sin problemas ante las cámaras. Y porque además de cámaras (los periodistas no son tan bien vistos) hay muy poco público por la exclusividad de ambos eventos, y sus condiciones geográficas. Algo similar podría haber sucedido si el Festival de Sitges no hubiera sido temático y se hubiera realizado una fuerte inversión económica para encarecer (más si es posible) el pueblo durante un mes y medio para convertir los diez días del evento en un espacio exclusivo para unos pocos. Es cierto que ya sucede, pero no en los niveles que puede vivir Cannes, o que le pregunten a la prima hermana, Mónaco, que aprovechando fechas, tiene su Gran Premio de Fórmula 1. Donde en varias ediciones comparten estrellas. UNa manera de amortizarlas más.

Después de poco más de una semana en la que el Festival muestra su Sección Oficial, de la que se habla en los medios, e intenta atraer conseguir espectadores a través de secciones paralelas. Sólo queda conocer el Palmarés. Nunca será a gusto de muchos, ni de todos. La polémica está servida. Y si bien hay títulos que todos eliminan, también hay una pugna por aquellos que deberían vencer. Supuestamente los jurados de un Festival están libres de votar y elegir realmente aquello que a ellos les ha gustado. El Festival de Cannes, además, es conocido por utilizar grandes nombres de Hollywood para presidir su jurado, algo que para muchos hace bajar el nivel de exigencia o que su mirada será más casera. Este año la presidencia ha sido bicéfala con los Hermanos Coen.

La Palma de Oro ha sido para la película Deephan de Jacques Audiard. Cinta francesa que estaba sólo entre las favoritas de los chovinistas. Aquellos que piensan que si el festival se hace en Francia ganará una cinta francesa. Ni bien ni mal. En Venecia se promocionan películas italianas y en Berlín las alemanas. Pero encontrarnos titulares en los que se critica el egocentrismo del Festival de Cannes al premiar, nuevamente, una cinta francesa con la Palma de Or, es no querer ver la viga en el ojo propio. Porque el Festival de San Sebastián, además de hacer una selección de cine español cada año en su Sección Oficial, y que no falte, no deja de premiar a sus películas, directores y actores. Las últimas cinco ediciones han dado los siguientes premios:

2014
Concha de Oro - Magical Girl
Mejor Director - Carlos Vermut por Magical Girl
Mejor Actor - Javier Gutiérrez por La Isla Mínima
Mejor Fotografía - Alex Catalán por La Isla Mínima

2013
Premio Especial del Jurado - La Herida
Mejor Actriz - Marian Álvarez por La Herida
Mejor Fotografía - Pau Esteve Birba por Caníbal

2012
Premio Especial del Jurado - Blancanives
Mejor Director - Fernando Trueba por El artista y la Modelo
Mejor Actriz - Macarena García por Blancanieves
Mejor Actor - José Sacristán por El muerto y ser Feliz

2011
Concha de Oro - Los pasos dobles
Mejor Actriz - María León por La voz dormida

2010
Premio Especial del Jurado - Elisa K
Mejor Actriz - Nora Navas por Pa Negre
Mejor Fotografía - Jimmy Gimferrer por Aita

No considero que sea malo que se premien las películas propias si tienen un mínimo de calidad. Ya veremos que tal Deephan, si es que llega. Pero el ejemplo del año pasado en San Sebastián, con la muy mala, Magical Girl, me hace pensar que es cierto que en alguna ocasión se acaba decidiendo por el producto local a falta de acuerdo mejor entre el producto exterior. El doble voto es lo que causa, a veces la segunda opción tiene más votos que una primera dividida y cintas como Magical o El viento se llevó lo qué, acaban llevándose una preciada Concha que de otra manera no hubiera conseguido.

Y a todo esto sólo me queda pedir algo. Que las películas de los Festivales, si son tan buenas que entran a competición entre centenares de películas que deseaban estar en la Sección Oficial, no tarden tanto en estrenarse. La excusa de las Perlas de Donosti no es más que eso, una excusa, y no me vale.

 

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