#813 - Un pellizco a los Goya

 

 

El pasado lunes se realizó el encuentro de nominados de los Premios Goya. Una encuentro ya tradicional pero relativamente joven, si se compara con el total de ediciones de los premios. Pero bienvenidos sean y sirve para ir calentando motores, tener declaraciones e imágenes que puedan ir apareciendo en la prensa desde hoy y hasta la entrega de los Goya el próximo 7 de Febrero.

Hacer un repaso exhaustivo a cada categoría puede ser tedioso y sobretodo, aburrido. Así que unos breves detalles generales para compartir una opinión, personal, nada justificada, y aquí queda. Como es el caso de considerar a Relatos salvajes una de las favoritas de la noche, aunque casi seguro que no vencedora absoluta.

La cinta de Damián Szifrón cuenta con un Goya casi seguro, el de Película Iberoamericana. No se trata de menospreciar el resto de candidatas, pero el hecho de que además, como coproducción española, haya conseguido una candidatura en la máxima categoría, la de Mejor Película, la sitúan en muy buen lugar. También deduciendo (por experiencias pasadas) el estilo de votación de los académicos. Que además de votar por gustos, tienden mucho a amistades en la primera fase (para elegir nominados) y a equilibrios o dominaciones en la segunda.

Relatos salvajes sería un caso de equilibrios. Mientras que La isla mínima sería de dominación, que tampoco será. El hecho de poder reconocer Relatos salvajes en la categoría iberoamericana y con ello cumplir el expediente sin alterar el resto de categorías es lo más sencillo. El reto sería que se llevara doble premio a Mejor Película, y además les acompañaran premios importantes como dirección, interpretación para Ricardo Darín, que como (casi) siempre sería bien merecido y el de guión. En cambio la fuerza de una cinta como La isla mínima me hace pensar que esto no pasará.

No podrá hacer pleno de tan buena que es y de dos grandes trabajos de interpretación. La isla mínima sufre el mal de la división. Hay dos momentos temidos por los productores a la hora de conocer las nominaciones. Uno es éste, que dos de sus intérpretes ocupen dos nominaciones en la misma categoría. Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo así cumplen esta pequeña pesadilla de productor. Si bien el primero tiene mucho por ganar, viniendo del Premio en San Sebastián, especialmente, y el resto reconocimientos posteriores, y los que llegarán, siempre puede haber una división entre dos trabajos de una misma película. La duda del productor (o no) sobre para quien pedir el voto. La opción de haber presentado a Arévalo como secundario, además de que no tendría sentido, también hubiera vivido del mismo mal. Con un Antonio de la Torre, no favorito, pero nunca se puede descartar, que si realiza un personaje secundario y de gran fuerza en la película.

El otro temor lo vive también en esta edición de los Goya Barbara Lennie. Dos nominaciones en dos categorías diferentes. En la misma ya no está permitido, culpa, dicen, de Reyes Abades. Mejor protagonista por su trabajo en Magical Girl y secundaria en El Niño. Esta segunda nominación más que por el gran trabajo viene por el arrastre del efecto niño en las votaciones masivas. La buena promoción de Telecinco Cinema parece que sean la versión ibérica de los hermanos Weinstein. En cambio en Magical Girl puede lucir, si no al completo, todo su talento interpretativo, que no es poco. Su división de votos la puede dejar sin Goya, entre las actrices de reparto destaca una Carmen Machi que puede ver premiado su trabajo en Ocho apellidos vascos y quien sabe si así toda la película, con este premio. Y entre las protagonistas se ha hablado mucho de Macarena Gómez en Musarañas, pero la película no ha tenido tanta fuerza como se esperaba. Si los premios del Sindicato de Actores se entregaran antes de los Goya tendríamos una pista... pero al igual que Machi como reparto, Lennie puede conseguir aquí su Goya como protagonista y cubrir el expediente de Magical Girl. Ese equilibrio del que hablaba antes que buscan los académicos. El quedar bien.

Magical Girl y Loreak son dos rara avis. Dos películas que han destacado en su estreno en el Festival de San Sebastián, la primera consiguiendo la Concha de Oro como colofón. Pero ese éxito y ese bien hablar por parte de la prensa no ha tenido repercusión por el público. Seguramente porque no son películas fáciles, convencionales. Su presencia la imagino más como una inercia de los éxitos pasados. Se vería muy mal no estar nominado a los Goya después de ganar el Festival de San Sebastián. En cambio se ve normal que no esté entre las cintas a la Mejor Película aquella que han visto más que nunca en la historia los espectadores españoles. Esto nos recuerda una vez más que los Goya son una fiesta de los cineastas para los cineastas. Y si nos la ofrecen (por fin en sábado aunque parece que también de madrugada) por televisión y quieren que los veamos, es porque sin nosotros no son nada. En cambio, cuando les damos la mano, parece que la tengamos sudada y enseguida nos la dejan libre de nuevo. Queremos ir juntos, pero queremos ir a gusto. Con una sonrisa siempre es mejor.

 

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