#800 - Joven, mimado y amado. El hijo pródigo vuelve a casa.

 

 

Y por muchas deseado. Antonio Banderas recibirá el Goya de Honor. Así lo ha hecho oficial la Academia esta semana. Motivos tiene. Para empezar, el hecho de que todavía no haya sido premiado con ningún Goya, y oportunidades ha tenido. Ya no sólo en la interpretación, también en la producción y dirección. Por si acaso, que estas cosas pueden pasar, deciden cubrirse las espaldas y entregarle ya el Goya de Honor, no sea que pasen los años,, sus trabajos de producción española no consigan el premio de los compañeros académicos y finalmente pase su carrera sin el cabezón. Tampoco sería el único. Y seguro que muchos cineastas que ya están retirados, o casi, y alguno, aunque no lo haga público, esperaba que éste fuera su año, habrá suspirado con decepción, y pensará, si a este le quedan muchas sopas que tomar. Es cierto, pero el criterio de entrega de los Goya es completamente subjetivo al jurado que lo otorga. Y es cierto que motivos para que la Academia reconozca la figura de Banderas hay más que suficientes, la duda es si era necesario entregarlo ya.

Los Goya son unos premios muy jóvenes. El cine español no. Por ello todavía hay muchos cineastas españoles que no hay estado nominados al Goya, que en su carrera, importante para el cine, no llegaron en su mejor momento cuando nació la Academia. Muchos de ellos, por fortuna, se han ido premiando entre estos Goya de Honor, o las Medallas de Oro de la Academia, pero siempre quedan nombres importantes que recordar. Este premio es un buen momento para hacer memoria, para despertar la curiosidad. Uno de los trabajos de la Academia debe ser este. Crear en las nuevas generaciones cierto interés por la historia de nuestro cine, y no quedarse sólo en lo contemporáneo. Si bien habrá muchos que Antonio Banderas casi no lo conozcan, la gran mayoría habrá visto parte de su filmografía, y la mayoría conocerá su historia personal y profesional.

Piensa mal y acertarás. Me gusta esta frase, suele funcionar. Si bien, no tiene que ser sólo mal, puede ser mirar más allá del buen hacer. La carrera de Antonio Banderas, como su vida personal, está un punto agitada y desorientada. No niega su sueño de conseguir una nominación al Oscar, y busca ese personaje cojo o jorobado con el que poder caminar la alfombra roja durante horas al ser parado por toda la prensa. En España, siempre lo ha dicho, no lo llaman porque tienen miedo de no poder pagar sus honorarios, y siempre decía que´ él por trabajar en España sabía adaptarse a las condiciones del rodaje. También es cierto que no cruzaría el charco por cualquier papel, y los buenos personajes son pocos y talentos como los de Tosar, Bardem o Fernández también compiten por el mismo y con más seguridad que una producción de Hollywood no se lo llevaría a dos días de iniciar el rodaje. Pero ahora parece querer ampliar su presencia en España. Su paso por el Festival de Sitges es una muestra.

Por otro lado la Academia, a pesar que dice que los Goya de Honor se entregan en la Fiesta de los Nominados para no alargar la ceremonia de los Goya, siempre acaban subiendo al escenario y ocupando muchos minutos (quien no recuerda el Especial Concha Velasco), así que unos minutos de Banderas en los Goya también dará audiencia y cierto eco internacional. Porque su nombre sigue interesando, afortunadamente, a los medios internacionales.

Se le recibe como al hijo pródigo. Se le abren las puertas de casa. Se le ofrece el mayor reconocimiento entre su familia. Nunca se llegó a ir del todo, pero sus estancias eran mínimos. Ahora quieren que esté más días en casa. Él parece que se va a dejar querer. Veremos que frutos da este premio.

 

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