#1315 - Ni el cine los cambia

Esta semana se estrena El 47. La película basada en hechos reales que cuenta como Torre Baró consiguió, por las buenas, que el servicio de transporte público de autobuses de la ciudad llegara hasta su barrio. Como uno de los protagonistas importantes de la película es el barrio, que lógico realizar la Premiere de la película en el barrio, con y para la gente del barrio, a la par implicada en el rodaje. Así se hizo, pero algo ha cambiado, oficialmente no se dice, y ya no será así.

No es motivo la falta de cine en el barrio, el último fue el Palace de Ciutat Meridiana, y en el distrito hay un multisalas en un centro comercial, pero se había buscado un centro deportivo donde realizar la proyección. No sería excusa, estaba todo previsto. Habrá otro motivo, pero es cierto que la falta de salas en los barrios puede haber ayudado al descenso de espectadores en cines, en su formato original, a pesar de que hoy en día se vea más contenido audiovisual, y se culpa a las plataformas, fueron las propias empresas de exhibición que apostaron por cerrar las salas únicas y dejar las multisalas las que ayudaron a ir quitando el hábito de ir al cine.

Aquella idea que a veces se cuenta de los cines públicos, al estilo de las bibliotecas, que en cada barrio haya una sala donde se proyecten títulos de estreno y retrospectivas, como si fuera un apéndice de las multisalas y de la filmoteca al mismo tiempo, se va a quedar en eso, idea, porque no hay ninguna empresa política que quiera apostar por la cultura audiovisual.

Ese personal político que no estará en Torre Baró. Especulando, porque aquello de piensa mal siempre va bien, es posible que se supiera de diferentes protestas de la ciudadania del barrio con tantos temas que la administración tiene pendiente, que se prometen y prometen cuando quieren el voto, pero luego son cuatro años de enseguida nos ponemos a ello, eso ahora es imposible y tantas excusas que dicen de manera impersonal y por inercia.

De ahí a que se acabe tomando el mando de El 47 y se cree una nueva ruta. No es el método solicitado, pero en cambio es la única manera que son capaces de comprender. La queja, el ruido, y sobretodo, el apoyo mediático y social.

Pero gracias a aquellas protestas, existe transporte público entre Torre Baró y la Plaça Universitat.