#1046 - No importa el tamaño. Importa su (buen) uso.

 

 

No hace mucho las plataformas han ido estrenando series con capítulos muy reducidos. Además con el sello de algún cineasta famoso en sus créditos para darle importancia. El caso de State of The Union con la dirección de Stephen Frears, el guión de Nick Hornby y los protagonistas Chris O’Down y Rosamund Pike, esta en HBO, pero en Netflix, entre otras Bonding. No es algo nuevo. Las primeras series de internet, las web series, o series que se colgaban en YouTube (ofreciendo ingresos gratuitos a la plataforma) sin recibir a cambio casi nada a cambio. O para recibir algo hacia falta limitar al máximo hasta dejarlo al mínimo, la creación libre. Si una música, una marca, una expresión... cualquier cosa para limitar el ingreso de los anuncios, eso si, que no dejaban de aparecer para quedárselos la plataforma sin compartir nada.

Seguimos con el proceso de descubrir que queremos. Estas series cortas tienen una clara misión de ser consumidas rápidamente y en espacios perdidos. Aquellos en los que antes elegíamos un capítulo de un libro, en un viaje en metro o bus. En una visita al baño. Estas series que podrían ser medio metrajes o películas de menos de 90'. Pero se ha perdido el consumo de cine en casa. Las series parece que crean una atracción mayor, cuando lo único que crean es adicción. El deseo de ver más, de saber más. Una serie está muy bien para historias largas, complejas, que no puedan ser explicadas de manera más cerradas. Cuando hay que ampliar la información, la trama debe ser extensa, para eso sirven las series. Obligarse a convertir películas en series, mala idea. Hay que estudiar cada historia y buscar su encaje adecuado.

Vivir a través de las modas es una mala opción. A veces cuesta no dejarse llevar, pero hay que equilibrar las necesidades de producción, las que se hacen para ganar dinero y las que se hacen para dar salida a creaciones artísticas. Deben combinarse y a veces ver buenas ideas perdidas en malos formatos sabe mal. Por ello todas las partes deben ser consecuentes. Si una persona crea una serie y tiene claro que debe ser serie, que no le vendan hacer une película y viceversa. Al mismo tiempo que sería bueno que ya nadie tuviera miedo en hacer cortos o medio metrajes. Formatos cada día más perdidos pero que ahora tienen suficiente lugar para ser vistos, que al final es el deseo de todo creador.

Volviendo al inicio, State of Union son 10 episodios, Bonding sólo 8, y todos seguidos no llegan a las dos horas. Más de una persona habrá comenzado a ver el primero por curiosidad y habrá terminado la seria en una tarde. Son películas hechas por pedazos, porque hoy el cine casi sólo se consume en las salas. En casa las series. La única manera de ver el cine en casa es hacer ver que es una serie.