Tener una gran facilidad de acceso al mundo audiovisual no quiere decir tener una facilidad de uso del mismo. Puede ser por una falta de conocimiento de cómo consumir tanta producción audiovisual, como la dificultad propia de la oferta de los diferentes canales. Hasta el momento la evolución del consumo había sido pasiva. Aquella persona que deseaba ver un evento se dirigía a la sala de cine, pagaba su entrada, se sentaba en la butaca y sin más a disfrutar de la proyección. Su esfuerzo era el de elección, o no, de la película, y el desplazamiento hasta la butaca contratada por horas.

Posteriormente se complicó un poco más este consumo con la llegada de la televisión. Primero hacía falta comprar el aparato, sintonizarlo y luego elegir el canal. Eso sí, manteniendo cierta pasividad, se elige entre lo que ofrecen. Fue con la llegada del vídeo, el VHS, que venció al Beta, un elemento más que añadir al armario del comedor y más elecciones a realizar, la película que comprar o alquilar y eso si, libertad de horario. Desaparecen los horarios marcados por las cadenas.

Así vamos avanzando hasta el momento actual. Donde la libertad de consumo audiovisual es amplísima y debería ser de fácil consumo. Con un coste adaptado al mismo. Y si bien la mayoría de compañías así lo han entendido. Otras siguen viviendo mucho antes del siglo XX.

He tenido la, llamemos fortuna, de poder acceder durante suficiente tiempo a la plataforma básica de movistar+, para confirmar que todos los problemas que se comentan no sólo son ciertos, incluso se aumentan si se aplica una mirada crítica e incluso constructiva.

Para comenzar hay un concepto que no me cuadra. Se supone que movistar+ es una televisión de pago. Pero antes de cualquier producto, aparece un anuncio publicitario. Si es de pago no tiene mucho sentido ese anuncio. Como se pondría la gente si antes de cualquier episodio o película en Netflix o Filmin apareciera algún anuncio. No tendría mucho sentido. Luego está la horrible comparación con el resto de plataformas. La posibilidad de trasladar los visionados a la televisión a través de los diferentes cachivaches tecnológicos. Con movistar+ no permite hacerlo. Sólo se puede verse con la conexión de fibra propio.

Es cierto que movistar es una empresa de telefonía, pero tener un producto como movistar+ y no poder ofrecerlo mejor, hace que su producción propia acabe por perderse al no ser de acceso fácil para el público potencial.