Como cada mes de Noviembre, desde hace tres lustros, el cine europeo busca el sol y la calor en su extremo continental más ecuatorial. Vamos, que la aparición del Festival de Cine Europeo, en pleno mes de Noviembre, en Sevilla, ha sido una entrada de aire fresco para una cinematografía europea llena de oscuridad y frío que se calienta cada año en la entrega de los EFA.

Ahora Sevilla es ese encuentro previo a los EFA, donde rara es la película que acabará consiguiendo nominaciones que no pueda verse estos días en la capital andaluza. Un evento que aúna el continente de una manera amigable y perfecta para presentar producciones que en España tardan tanto en llegar, y que algunas de ellas ya tienen medio recorrido europeo realizado, porque en esto, también hay que conseguir dar un paso adelante. No tiene mucho sentido que el Festival Europeo acabe convirtiéndose en el espacio donde se dan a conocer las nominaciones de los EFA y además, también hayan sido programadas, con anterioridad esas mismas películas.

Sería un gran éxito de la Academia Europea que las nominaciones de los EFA, en toda Europa, permitieran a todos los espectadores europeos, ir a ver las películas en las salas, o en las plataformas. Que sean películas que ya se han podido ver en todo el continente, que han tenido ya el aplauso de crítica y público, o su inconformidad. Pero que esas nominaciones acaben de animar a aquellos millones de espectadores indecisos y que estas nominaciones los acaban de motivar para ir a la sala para ver un par o tres de las películas con más número de nominaciones.

Esto convertiría al Festival de Sevilla en el equivalente Europeo del Festival de Málaga. Una gran plataforma mediática para promocionar el cine europeo que llegará, a todo el continente, en las próximas semanas y meses. Un espacio para que todo el talento que en breve ocupará las salas, se presentará en sociedad. Ante la crítica, la prensa especializada, y el público sevillano que tendrá ese gran honor de avanzarse al resto de Europa por unos días.

Parece un sueño, pero seguro que el buen trabajo de todas las partes nos llevarán a ver esta situación en breve. Un buen trabajo que ya ha permitido que Sevilla acoja la ceremonia de los EFA el próximo mes de Diciembre, y es que el color especial, unido al calor y las horas de sol, y los 15 años de Festival, merecían este premio.

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